Clasificación y tipos de harina

La clasificación y los tipos de harina que existen suele ser un tema que genera conflicto. Harina de trigo, de maíz, de espelta, integral… La verdad es que existen muchos tipos y hoy en día es cada vez más habitual encontrar recetas con diferentes tipos de harina que desconocíamos, que no sabemos diferenciar o que no encontramos en el supermercado. Por ello, en el post de hoy intento dar respuesta a estas y a otras dudas relacionadas con la harina.

Ya sabéis que de tanto en cuando y entre recetas, también me gusta hablaros de temas que creo que os pueden interesar. Algunos días os hablaré de los productos que podáis necesitar (como por ejemplo los que os explicaré hoy) y otros os hablaré de utensilios que para mí son indispensables. También os hablaré de trucos sencillos pero que pueden solucionaros problemas en la cocina… Y, finalmente, me gustaría compartir descubrimientos que haga: Productos, novedades, tendencias… ¡Espero que os sean muy útiles.

Dicho esto, ¡vamos al tema que nos ocupa!

Básicamente encontraréis tres tipos de harina que podéis necesitar para hacer las recetas que os iré proponiendo. A continuación, vemos cuáles y qué clasificación tienen:

 

Tipos de harina de trigo

La harina que habitualmente uso en mis recetas es de trigo. Es la más habitual y la que solemos encontrar en el supermercado sin demasiada dificultad. Su precio suele ser muy económico y tradicionalmente es la más común. Sin embargo, además de la de trigo, es importante recordar que existen otros tipos de harina.

Harina de trigo convencional

Respecto a los tipos de harina de trigo, por un lado tenemos la harina convencional. Es la que, como decimos, se hace a partir del trigo y se encuentra en cualquier supermercado. Ésta es la que se suele utilizar en las recetas que simplemente especifican: «harina».

La harina de trigo convencional pasa un proceso de blanqueamiento con cloro que hace que sea blanca, no se decolore y sea más consistente. Sin embargo, como consecuencia de este blanqueamiento, el gluten pierde mucha fuerza y por eso en las panaderías utilizan harina sin blanquear.

Como digo, este tipo de harina se puede encontrar en cualquier supermercado. Sin embargo, los paquetes suelen ser de 1 kg. Personalmente, creo que la medida de estos paquetes es demasiado pequeña. Yo suelo utilizar con frecuencia este tipo de harina, ya que es el más común. Por eso, prefiero comprar sacos de, como mínimo, 5kg. Os recomiendo altamente esta opción, especialmente si sois una familia con varios hijos. A continuación, os dejo el enlace a unos sacos de harina que descubrí hace unos meses y que me han conquistado. Esta harina de trigo es de producción ecológica y aunque su precio inicialmente pueda parecer elevado, ¡Es al contrario! Sale muy a cuenta, ya que se trata de un saco de 25 kg.

Además, lo bueno de comprarlo a través de internet es que te lo traen a casa. ¿Imagináis ir al supermercado a hacer la compra y tener que cargar con un saco de 25kg.?

Harina de fuerza

La harina sin blanquear es el segundo tipo de harina que podéis necesitar: La harina para hacer pan, también conocida como harina de fuerza.

Esta harina tiene un contenido muy alto en gluten y contiene un 99,9% de harina de trigo duro con cebada malteada para incrementar la actividad de la levadura, por lo que resulta ideal para la elaboración de pan. Con tanto gluten, el pan crece mucho y queda esponjoso. También es muy útil para hacer masa de pizza.

Cada vez son más las tiendas que las incluyen entre sus estanterías, pero no siempre es fácil encontrar harina de fuerza en el supermercado. A continuación, os dejo un enlace a través del cual podréis comprar sacos de 5 kg. Os recomiendo comprar en grandes cantidades, ya que es un ingrediente que no caduca y que siempre va bien tener en casa. Los sacos que os dejo a continuación son ideales y, además, son de harina ecológica.

No hay productos actualmente.

Harina de repostería

Por último, encontramos la harina de repostería. Esta harina tiene un contenido muy alto en almidón y bajo en proteínas. Esto significa que contiene muy poco gluten y por eso se utiliza para hacer pasteles o en la repostería en general.

En caso de que no tengáis o no encontréis en el supermercado harina de repostería, el almidón de maíz (o popularmente conocido como Maizena) es un buen sustituto. También podríais probar de utilizar harina convencional, aunque los resultados no van a ser los mismos. Con la harina de repostería las masas de los pasteles, galletas, etc. quedan más ligeras y esponjosas.

Debo reconocer que esta última no la utilizo siempre. Aunque es verdad que el resultado es diferente, no pasa nada si no la queréis comprar. Con las dos primeras ya tenéis suficiente para hacer unas buenas recetas.

Clasificación de las harinas

Seguramente habréis visto alguna vez que en los ingredientes de una receta pone «harina 0000», como es el caso de la receta de pan de leche que podéis encontrar aquí.

Las harinas se clasifican en ceros en función de la fuerza que tienen (cantidad de gluten) y la clasificación es ésta:

  • Harina convencional: Harina 0 o harina 00 (normalmente no se indican los 0)
  • Harina de hacer pan: Harina 000
  • Harina de repostería: Harina 0000.

Harina de maíz

Las harinas que hemos visto hasta ahora son harinas de trigo. Por tanto, todas ellas llevan, ya sea en grandes o en menores cantidades, gluten. Un intolerante al gluten o un celíaco, no podría ni probar un pedacito de alguna de las recetas que habríamos realizado con las harinas que hemos expuesto anteriormente. Por ello, quería presentaros una alternativa ideal a la harina de trigo y con la que se pueden cocinar una infinidad de recetas deliciosas. Se trata de la harina de maíz.

Si bien se trata de un tipo de harina recurrente, en el supermercado es difícil de encontrar y, en el caso de encontrarla, veréis que nuevamente los paquetes son muy pequeños. Para realizar todo tipo de recetas con harina de maíz, os recomiendo que consultéis el siguiente enlace.

No hay productos actualmente.

… Y hasta aquí esta resumida explicación sobre los diferentes tipos y clasificación de las harinas. Espero que este artículo os haya sido útil y que pronto pongáis en práctica vuestros conocimientos sobre harinas, ¡Que ya sois unos expertos!

¿Os ha quedado alguna duda o queréis compartir con nosotros vuestra experiencia? ¡Podéis hacerlo en comentarios!

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