
Hoy os traigo una receta ideal para el fin de semana: Bizcocho marmolado. Es una receta de bizcocho esponjoso y que queda delicioso.
Hace tiempo que vi en el blog Cocina d-Sastre del gran fotógrafo y amigo Sergi Jasanada una idea muy original de darle la vuelta al bizcocho de yogur de toda la vida: Darle un efecto marmolado (es decir, de mármol).
Tengo que reconocer que la receta no ha quedado como la de Sergi pero debo decir a mi favor que él es un artista, sus decoraciones, su fondant… ¡Son impresionantes! Os recomiendo que echéis un vistazo a su blog porque alucinaréis con muchas de las recetas que prepara. Por ejemplo, con el pastel que hizo de postre para una mariscada.
Pues bien, ¡Vamos al grano!


La primera fase es muy sencilla, se trata de hacer el bizcocho del yogur que casi todo el mundo conoce. Para los que no, deciros que la gracia de este bizcocho es que no es necesario pesar nada, porque el yogur se convierte en el tamaño para el resto de ingredientes.
Empezamos batiendo los huevos en un bol. Entonces añadimos el azúcar, el yogur y el aceite.


Una vez todo mezclado, añadimos la harina que ya lleve la levadura incorporada.


Por último, rallamos piel de limón, añadimos vainilla azucarada o cualquier otra cosa que os guste para darle sabor (limón, esencia de vainilla…). En mi caso, he puesto piel de lima que le ha dado un sabor buenísimo, sobre todo porque mi yogur era natural.


A partir de aquí es donde cambia la receta:
Separamos la masa en dos mitades iguales. A una le añadimos una cucharada de cacao en polvo o de colorante, o de las dos cosas, y así tendremos el gusto de cacao y un color diferente.


Yo he utilizado el cacao en polvo de Valor, que os recomiendo porque es muy puro y nada dulce, para pastelería da muy buen resultado.


Entonces, vamos incorporando las dos masas en cucharadas alternas sin que se mezclen. Una vez tengamos la masa en el molde, metemos una cuchara de madera o silicona en la masa y hacemos dos movimientos en forma de 8 sin levantar la cuchara. No hagáis más movimientos porqué se mezclaría demasiado.


En mi caso, hice el “invento” de cocer el bizcocho en la panificadora. Por eso, veréis que el molde es extraño.
Se cuece en el horno durante unos 40 minutos a 180ºC. Ya sabéis que la temperatura depende del horno. Sabréis que está cocido si, pinchando con un punzón de madera, éste os sale limpio. ¡Y listo! Tengo que reconocer que el efecto que conseguí no tiene nada que ver con el de Sergi porque creo que mi error fue poner poco cacao.
Y ahora un par de las de Sergi (qué diferencia, ¿Verdad?)
Espero que os animéis a probarlo y a darle un toque muy original al bizcocho de toda la vida.
¡Buen provecho!
Ingredientes
Instrucciones


La primera fase es muy sencilla, se trata de hacer el bizcocho del yogur que casi todo el mundo conoce. Para los que no, deciros que la gracia de este bizcocho es que no es necesario pesar nada, porque el yogur se convierte en el tamaño para el resto de ingredientes.
Empezamos batiendo los huevos en un bol. Entonces añadimos el azúcar, el yogur y el aceite.


Una vez todo mezclado, añadimos la harina que ya lleve la levadura incorporada.


Por último, rallamos piel de limón, añadimos vainilla azucarada o cualquier otra cosa que os guste para darle sabor (limón, esencia de vainilla…). En mi caso, he puesto piel de lima que le ha dado un sabor buenísimo, sobre todo porque mi yogur era natural.


A partir de aquí es donde cambia la receta:
Separamos la masa en dos mitades iguales. A una le añadimos una cucharada de cacao en polvo o de colorante, o de las dos cosas, y así tendremos el gusto de cacao y un color diferente.


Yo he utilizado el cacao en polvo de Valor, que os recomiendo porque es muy puro y nada dulce, para pastelería da muy buen resultado.


Entonces, vamos incorporando las dos masas en cucharadas alternas sin que se mezclen. Una vez tengamos la masa en el molde, metemos una cuchara de madera o silicona en la masa y hacemos dos movimientos en forma de 8 sin levantar la cuchara. No hagáis más movimientos porqué se mezclaría demasiado.


En mi caso, hice el “invento” de cocer el bizcocho en la panificadora. Por eso, veréis que el molde es extraño.
Se cuece en el horno durante unos 40 minutos a 180ºC. Ya sabéis que la temperatura depende del horno. Sabréis que está cocido si, pinchando con un punzón de madera, éste os sale limpio. ¡Y listo! Tengo que reconocer que el efecto que conseguí no tiene nada que ver con el de Sergi porque creo que mi error fue poner poco cacao.
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