Hoy os cuento cómo hacer fondant en casa. Siguiendo estos pequeños consejos, conseguirás crear unos pasteles y tartas de aspecto espectacular, digno de pastelería.
Muchos habréis visto en las redes sociales que he estado haciendo pruebas con el fondant y, aunque pienso que quizá no encaja del todo en la filosofía del blog, ya que no es una receta fácil, muchos me habéis pedido que os os explique cómo trabajarlo, así que aquí tenéis mi experiencia con el fondant.
El fondant se ha puesto muy de moda últimamente gracias a programas de televisión y debido a la influencia anglosajona. Y es que permite que un simple bizcocho resulte de lo más atractivo. Por eso ha llegado con fuerza a nuestras cocinas y han surgido un montón de empresas y personas que personalizan pasteles.
Hacer fondant casero: ¿Vale la pena?
Empezaré explicando que hay dos tipos de fondant: El que se hace uno mismo y el que se compra.
Yo no he probado de hacer porque no es fácil conseguir la textura deseada y una vez hecho se seca más rápido, así que si sois principiantes como yo y deseáis experimentar os aconsejo comprarlo.
Hacía mucho tiempo que miraba marcas y precios, leía sobre qué sabor tiene cada uno y cuál era mejor para alisar o trabajar, en fin, una locura… Hasta que un amigo me dijo que él lo había comprado en el DIA, ¡Sí, sí en el DIA! Así que no me lo pensé y me dirigí a este supermercado. El fondant que venden en el DIA es de la marca Oetker. Vale 3 € y pico y tengo que decir que los que la han probado dicen que es bastante bueno (a mí me gusta). Sólo tiene una pega, se resquebraja un poco cuando lo colocas, sobre todo si lo has teñido con algún colorante.
¿Cómo hacer una tarta de fondant?
Por otra parte, os quería comentar el tema del bizcocho. No vale uno cualquiera, sobre todo si encima queréis ponerle varios adornos, porque el fondant pesa y un bizcocho normal se derrumbaría. Deberéis preparar lo que en inglés se denomina «layer cake».
Se trata de una torta más resistente, sobre todo a la hora de cortarla ya que el fondant tiene otra pega: No deja que entre el aire en el bizcocho y esto hace que se seque. Por lo tanto, deberéis partir la torta en capas y poner algo que la reblandezca, como almíbar, mermelada,… También debéis tener en cuenta que la torta debe ser alta para poder decorar los laterales.
Ingredientes para una tarta de fondant
Layer Cake Chocolate receta paso a paso
Empezamos precalentando el horno a 175ºC. Ponemos mantequilla en los moldes y colocamos papel de horno para que no se peguen y queden bien lisos cuando los desmoldemos. Como os he dicho, la cantidad de receta da para hacer un bizcocho de 24cm de ancho y 10 de alto. En mi caso, 2 tortas de 24cm de ancho de una altura normal o 3 de 18cm de ancho.
Al baño María deshacemos el chocolate y lo reservamos hasta que se enfríe.
En un bol tamizamos la harina, el bicarbonato, la levadura y la sal.

Batimos la mantequilla y el azúcar hasta que blanqueen.

Entonces añadimos las yemas y el chocolate caliente y removemos.

Añadimos un tercio de la mezcla de harina y removemos.

Hacemos lo mismo con un tercio de la leche (a la que le habremos añadido la vainilla antes). Y vamos haciendo así: un tercio de harina, un tercio de leche. Para mi gusto, la receta lleva demasiada leche. Yo no la acabé de poner toda porque la mezcla me parecía demasiado líquida. En total puse 300ml. Una vez que hemos puesto toda la harina y la leche añadimos las claras montadas a punto de nieve. No las batimos, incorporamos suavemente para que no bajen.

Ponemos la mezcla en el molde o moldes y horneamos durante unos 30 minutos. Como en otros pasteles, el truco para saber si está listo es que un pincho salga limpio. Si hacéis un solo bizcocho muy alto, necesitaréis bastante más tiempo, id controlando. Una vez cocido lo dejaremos enfriar un poco. Entonces lo desmoldaremos y lo colocaremos boca abajo sobre una reja. Dejaremos que se termine de enfriar.

Cuando esté frío, lo envolveremos con papel film y lo pondremos en la nevera para que quede bien sólido y cuando lo cortemos no se deshaga. Lo dejaremos en la nevera de un día para otro.

Al día siguiente, lo sacaremos de la nevera y lo partiremos por la mitad si es uno solo o los nivelamos si son dos o tres de manera que cuando estén uno sobre otro no se vayan de torcido.
Entonces, preparamos el relleno. En mi caso he utilizado el mismo buttercream (crema de mantequilla) que utilizaré para alisar la torta.

Mezclamos en un bol una parte de mantequilla por tres partes de azúcar glas. En mi caso he querido que el buttercream fuera azul así que he añadido unas gotas de colorante alimentario líquido.

Ponemos el buttercream en una manga y rellenamos la primera capa. Sobre todo, es importante hacer como un dique con el buttercream alrededor del pastel para que cuando coloquéis la segunda capa de bizcocho no se aplaste el relleno y salga por los lados.

Entonces untamos todo el pastel con buttercream de manera que tapemos todas las impurezas, desperfectos, desniveles, etc… Sería como la masilla de una obra. Si colocáis papel de cocina debajo evitaréis que se ensucie el plato o soporte donde está el pastel.

Una vez cubierto, lo volvemos a poner en la nevera. Este segundo día es el ideal si queréis hacer figuras con el fondant para que así al día siguiente estén más secas para pegarlas al pastel. Siempre que trabajéis con fondant debéis tener la precaución de poner azúcar lustre o maicena sobre la superficie en la que trabajáis con el fin de que no se enganche.

También es buena idea teñir el fondant, ya que si lo dejamos de un día para otro los colores habrán subido un poco de tono y serán más realistas. Para teñir el fondant cogemos un trozo de masa. Lo amasamos hasta que tenga la textura de una plastilina. Entonces hacemos un volcán en medio y ponemos el colorante en gel.

Finalmente vamos mezclando la masa. Al principio nos quedarán vetas del color elegido pero entonces se irá mezclando hasta quedar homogéneo. Una vez tengamos el fondant teñido lo envolvemos con papel film para que no se seque y lo guardamos en el armario, no es necesario que esté en la nevera. Al día siguiente sacamos la tarta de la nevera y empezamos a trabajar el fondant para cubrirlo.
Lo amasamos hasta que esté blando y lo estiramos con un rodillo intentando que coja forma redonda. Debe tener más o menos 0,5cm de espesor. Una vez estirado lo ponemos sobre el rodillo y lo pasamos encima del bizcocho vigilando que quede centrado. Si el rodillo que tenéis es demasiado corto podéis hacer lo mismo pero con vuestro brazo. Entonces se trata de ir alisando para que se pegue y no queden burbujas. Un poco como cuando forramos libros de la escuela: Vais bajando poco a poco para que no queden arrugas hasta que lo tengáis todo bien alisado. Entonces, con un cortapizzas, cortar el sobrante.
Y a partir de ahí se trata de hacer volar la imaginación. Os recomiendo que os hagáis un dibujo del diseño que queréis antes de poneros a hacer el pastel, así podréis calcular cuánto fondant necesitáis y de qué colores.
En mi caso apenas he hecho un par de pasteles con fondant, aunque ya tengo bastantes encargos a la vista, ¡Así que seguiré practicando seguro!
El primero fue para el cumpleaños de mi amiga Marta, un pastel muy delicado y femenino, que todo el mundo ha bautizado como «el sombrero» aunque no pretendía serlo.
Y el segundo para el cumpleaños de mi hermana, una submarinista apasionada del mar.
También podéis contactar conmigo si tenéis alguna duda.También os dejo un par de imágenes del interior para que veáis como queda el bizcocho. En el caso del primer pastel hice dos tortas, en el segundo una sola que partí por la mitad.
¡Ya me diréis si os animáis a hacer alguno! Si hacéis enviadme una foto a través de cualquiera de mis redes sociales, ¡Que me encantará verlo!
¡Buen provecho y buen trabajo!
Ingredientes
Instrucciones
Empezamos precalentando el horno a 175ºC. Ponemos mantequilla en los moldes y colocamos papel de horno para que no se peguen y queden bien lisos cuando los desmoldemos. Como os he dicho, la cantidad de receta da para hacer un bizcocho de 24cm de ancho y 10 de alto. En mi caso, 2 tortas de 24cm de ancho de una altura normal o 3 de 18cm de ancho.
Al baño María deshacemos el chocolate y lo reservamos hasta que se enfríe.
En un bol tamizamos la harina, el bicarbonato, la levadura y la sal.

Batimos la mantequilla y el azúcar hasta que blanqueen.

Entonces añadimos las yemas y el chocolate caliente y removemos.

Añadimos un tercio de la mezcla de harina y removemos.

Hacemos lo mismo con un tercio de la leche (a la que le habremos añadido la vainilla antes). Y vamos haciendo así: un tercio de harina, un tercio de leche. Para mi gusto, la receta lleva demasiada leche. Yo no la acabé de poner toda porque la mezcla me parecía demasiado líquida. En total puse 300ml. Una vez que hemos puesto toda la harina y la leche añadimos las claras montadas a punto de nieve. No las batimos, incorporamos suavemente para que no bajen.

Ponemos la mezcla en el molde o moldes y horneamos durante unos 30 minutos. Como en otros pasteles, el truco para saber si está listo es que un pincho salga limpio. Si hacéis un solo bizcocho muy alto, necesitaréis bastante más tiempo, id controlando. Una vez cocido lo dejaremos enfriar un poco. Entonces lo desmoldaremos y lo colocaremos boca abajo sobre una reja. Dejaremos que se termine de enfriar.

Cuando esté frío, lo envolveremos con papel film y lo pondremos en la nevera para que quede bien sólido y cuando lo cortemos no se deshaga. Lo dejaremos en la nevera de un día para otro.

Al día siguiente, lo sacaremos de la nevera y lo partiremos por la mitad si es uno solo o los nivelamos si son dos o tres de manera que cuando estén uno sobre otro no se vayan de torcido.
Entonces, preparamos el relleno. En mi caso he utilizado el mismo buttercream (crema de mantequilla) que utilizaré para alisar la torta.

Mezclamos en un bol una parte de mantequilla por tres partes de azúcar glas. En mi caso he querido que el buttercream fuera azul así que he añadido unas gotas de colorante alimentario líquido.

Ponemos el buttercream en una manga y rellenamos la primera capa. Sobre todo, es importante hacer como un dique con el buttercream alrededor del pastel para que cuando coloquéis la segunda capa de bizcocho no se aplaste el relleno y salga por los lados.

Entonces untamos todo el pastel con buttercream de manera que tapemos todas las impurezas, desperfectos, desniveles, etc… Sería como la masilla de una obra. Si colocáis papel de cocina debajo evitaréis que se ensucie el plato o soporte donde está el pastel.

Una vez cubierto, lo volvemos a poner en la nevera. Este segundo día es el ideal si queréis hacer figuras con el fondant para que así al día siguiente estén más secas para pegarlas al pastel. Siempre que trabajéis con fondant debéis tener la precaución de poner azúcar lustre o maicena sobre la superficie en la que trabajáis con el fin de que no se enganche.

También es buena idea teñir el fondant, ya que si lo dejamos de un día para otro los colores habrán subido un poco de tono y serán más realistas. Para teñir el fondant cogemos un trozo de masa. Lo amasamos hasta que tenga la textura de una plastilina. Entonces hacemos un volcán en medio y ponemos el colorante en gel.

Finalmente vamos mezclando la masa. Al principio nos quedarán vetas del color elegido pero entonces se irá mezclando hasta quedar homogéneo. Una vez tengamos el fondant teñido lo envolvemos con papel film para que no se seque y lo guardamos en el armario, no es necesario que esté en la nevera. Al día siguiente sacamos la tarta de la nevera y empezamos a trabajar el fondant para cubrirlo.
Lo amasamos hasta que esté blando y lo estiramos con un rodillo intentando que coja forma redonda. Debe tener más o menos 0,5cm de espesor. Una vez estirado lo ponemos sobre el rodillo y lo pasamos encima del bizcocho vigilando que quede centrado. Si el rodillo que tenéis es demasiado corto podéis hacer lo mismo pero con vuestro brazo. Entonces se trata de ir alisando para que se pegue y no queden burbujas. Un poco como cuando forramos libros de la escuela: Vais bajando poco a poco para que no queden arrugas hasta que lo tengáis todo bien alisado. Entonces, con un cortapizzas, cortar el sobrante.
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